La capital de Japón, Tokio, está llena de contrastes. Imponentes rascacielos se mezclan con templos tradicionales y el ritmo de vida frenético parece ralentizarse en los relajados parques y jardines de la ciudad. Además, es un símbolo radiante del desarrollo y, desde la parte superior de la Torre de Tokio, podrá contemplar todo lo que la ciudad ha conseguido. Si explora el Jardín del Este del Palacio Imperial de Tokio durante la primavera, contemplará cómo las flores de los cerezos "sakura" forman una de las estampas más impresionantes de la ciudad. Dé rienda suelta a su amor por la electrónica en el distrito de Akihabara y, a continuación, visite el museo Edo-Tokyo para descubrir el lado más tradicional de la ciudad. No es de extrañar que Tokio sea uno de los mejores lugares del mundo para probar los sabores únicos de la cocina de Extremo Oriente, así que no olvide degustar todo lo que pueda mientras esté en la ciudad.